miércoles, octubre 16, 2013

Nuevo destino, nuevos retos, o la vida glamorosa de las expatriadas.





Aeropuertos, maletas, búsqueda de la casa ideal, cenas, almuerzos, encuentros... esa es la única parte de la supuesta "vida glamorosa" de las mujeres expatriadas que vemos desde el exterior, desde esa vida que llevamos tan tranquila y aburrida, comparada con la de "ellas" segun nuestra óptica... Pues habrá que ir al oftalmólogo señores, para ver con otros ojos a estas valientes mujeres sin raíces, pero con alas...
Empezando porque la expatriación no es algo que se escoje, ni se busca... simplemente se asume y se acepta como una forma de vida. Y que una vez arriba del avión que conduce al nuevo destino, se sabe que no hay que mirar atrás, solo hacia adelante, respirando profundo, tratando de despejar la mente para dar cabida a todo lo que se avecina.
Quizá merece en este momento establecer la diferencia entre inmigrante y expatriado... El primero, es aquel que deja su país para echar raíces en otro, tal vez con la esperanza de volver algun día a su tierra natal, pero con la convicción de establecerse y encontrar su zona de confort de manera definitiva. En cambio, los expatriados, saben que su estadía no durará más de tres años, con una dinámica familiar transcultural, donde "la empresa" es la que decide, a dónde y cuándo hay que partir. Referente a esta comparación, leí en estos días en las redes sociales, una amiga expatriada que se comparaba con los gitanos, o como se les llama en Francia, "le gens de Voyage" (la gente de viaje, o Los Viajeros), pues a pesar de la drástica diferencia cultural, en realidad ella no estaba tan equivocada.
Ahora bien, imaginemos que "la carta" llegó. Esa carta tan temida pero a veces tan esperada, esa carta a la que me refiero es la notificación por parte de la "empresa" que informa sobre la nueva expatriación. Como yo lo llamo en uno de los talleres que dirijo como Coach para mujeres expatriadas: "Nuevo destino, nuevos retos". Un destino donde se llevarán todas las posesiones materiales como muebles y enseres, pero también los recuerdos, las vivencias, los conocimientos. Un nuevo reto como es el de aprender el idioma, de lo contrario el aislamiento es la consecuencia con todo lo que ella conlleva. Aprender de la cultura, las costumbres. La mujer expatriada posee un espíritu curioso por naturaleza (y si no, lo desarrolla de manera drástica) para descubrir su nuevo entorno, encontrarse a sí misma en esa nueva vida, establecer los espacios para su familia (colegios, casa, supermercados, distracciones, etc).
De acuerdo a estudios sociológicos realizados en torno a las familias expatriadas, se ha determinado que el éxito de dicha expatriación radica esencialmente en la mujer, ya que ella es quien proporcionará el soporte emocional, estabilidad y dirección que necesitan su esposo e hijos para soportar la transición y el estrés que ello conlleva, dejando de lado muchas de ellas, su éxito profesional o sus sueños personales en función de su familia, pero que sin embargo, se sentirán recompensadas infinitamente al ver los logros de su pareja y la evolución de sus hijos. En pocas palabras, Estas mujeres son la clave de una familia productiva y adaptada a su entorno. Se puede decir que las mujeres expatriadas poseen una inteligencia emocional sumamente elevada, su resiliencia es evidente y su altruismo sin mesura. La mujer expatriada conoce lo que es el desapego en el buen sentido de la palabra, pero al mismo tiempo es capaz de establecer lazos afectivos intensos, inolvidables.
A pesar de formar parte de este grupo social de expatriados, he preferido referirme siempre en tercera persona para escribir mi post. Hay tanto que decir sobre este tema, tanta mi admiración por estas mujeres y tan variadas las experiencias que he aprendido de cada una de ellas, que enfocarlo bajo mi óptica personal únicamente, no sería justo, puesto que cada palabra que he escrito, de alguna forma son la reproducción de lo que ellas me han transmitido. Y no es sino gracias a ellas que éste es solamente el comienzo de una hermosa aventura literaria, motivándome a escribir sus experiencias individuales para que sirvan de sustento y apoyo a todas aquellas que comienzan a preparar sus maletas, a un nuevo destino, con nuevos retos.
por esto, la próxima vez que pienses que quisieras llevar la vida glamorosa de las mujeres expatriadas, te sugiero que la mires a los ojos, y verás en lo profundo, una mezcla de añoranza por lo dejado, de fuerza para enfrentar el futuro y la sabiduría de los kilómetros recorridos... y los que faltan...

sábado, agosto 10, 2013

Velorio de pueblo.


Ya había olvidado cómo eran los velorios en los pueblos venezolanos y ayer las imágenes fueron tan obvias, que todo volvió a mi memoria, así, de un solo golpe.

Al lado de mi edificio hay una casita humilde, limpiecita como las casas de los pobres en mi país; imposible obviarla ya que siempre, desde que estoy aquí, forma parte de mi paisaje cotidiano cada vez que me asomo a la ventana para tomar un poco de aire a cuarenta grados de temperatura y así evitar que la climatización me entuma los huesos como si estuviera en pleno invierno francés, pero con camiseta de manga corta.

Esta casa que menciono, es de esas viviendas de techo de zinc que calienta como horno, con su típico perro de tamaño mediano, amarillo y de raza desconocida y asimétrica, de patas cortas, cuerpo largo y gordo, ladrando a cada transeúnte que pasa. Sus matas de mango cargaditas en el mes de agosto, su segunda cargada del año y que cada mañana me vienen los antojos de tocarles la puerta para que me dejen montarme en sus ramas y comerme uno, sin bajar del árbol, así como cuando era pequeña. La verdad, eran los mejores mangos que he comido, así, bien calientitos y olorosos. Nunca pueden faltar las iguanas que se pasean de rama en rama y como olvidar los pajaritos, esos mismos que vienen cada mañana a mi ventana creyéndose dueños absolutos de la cornisa, sin saber los pobres incautos que detrás de ese vidrio como espejo, hay alguien disfrutando de su belleza y su canto. Pero en ocasiones es su trampa, y se estrellan contra ellas cayendo aturdidos en el estacionamiento y a veces hasta muertos.


Pero hoy el perro no ladra, lo guardaron yo no se dónde para que no moleste a la visita, esa visita que viene mirando a ver quien lleva una bandeja con café o consomé para acompañar al difunto. Y no para de llegar gente, se abrazan, sacan un pañuelo para secarse las lágrimas, ese mismo que usan para secarse el sudor de los cuarenta grados que  hacen y quizá por eso, nadie se mueve de su silla, se quedan tranquilitos para no transpirar, como las iguanas que observan desde los árboles. Y yo me pregunto si ellas también están tristes?
Creo que el finado era alguien muy conocido en el pueblo e incluso me atrevo a decir muy querido, lo deduzco por la cantidad de gente que ha venido al velorio; ya los vehículos no caben en toda la cuadra y sigue llegando gente.

Mientras tanto, y desde mi ventana yo oigo como transcurre la tarde en la casita humilde, en el velorio de pueblo.

En un rincón del amplio patio hay los que nunca faltan, los contadores de chistes, aquellos que se ríen bajito pero que todo el mundo los oye. Siempre he querido pensar que es una conducta inducida por el nerviosismo de enfrentar a la muerte, o quizá al muerto. Alguien se acerca a un vehículo estacionado y se "recarga" el vaso con alguna bebida espirituosa, no sin antes y como es costumbre, invitar al muerto a echarse un traguito con el gesto simbólico de un chorrito en el piso y la respectiva señal de la cruz.

Por otro lado andan los familiares que no se veían hace dos o tres generaciones, pero que sin embargo viven en el mismo pueblo, a cinco cuadras. hay reconciliaciones, remembranzas y promesas de verse más seguido... o al menos hasta el próximo bautizo, matrimonio o como hoy, un funeral...

Llega una vecina piadosa con otra cafetera porque la que hay no se da abasto, debe haber más de cien personas entrando y saliendo. La verdad es todo un acontecimiento social. Hay los que se quedan todo el día, hay quienes sólo pasan por una hora, pero el flujo de gente continúa sin cesar. Llega la tarde y el cielo se comienza a encender lentamente, amarillo, rojo, anaranjado, con un sol redondito, ese atardecer magnífico de este pueblo, hoy más hermoso que nunca, quizá en señal de despedida a ese que ya no está.

Al día siguiente se vuelve a llenar la casa de gente desde muy temprano, aunque en realidad no se si en algún momento se fueron, y como a mediodía, cuando hace más calor, entonces llega la carroza a buscar a su viajero... con él, se va la visita y la casita humilde se queda sola y silenciosa,  hasta dentro de unos días más, cuando se olvide todo el trajín de consomés, abrazos, pañuelos sudorosos y llenos de lágrimas... ya el perro está suelto, ya no hay visita, ya el que estaba, se fue, pero la tristeza queda.


jueves, abril 22, 2010



Historia de una gatita llamada Sylvie o crónica de la estupidez humana.


Todo comienza hace unos meses cuando decidimos adoptar un gatito para que acompañara a Maia, nuestra perrita poodle que se veía muy triste después de la muerte de su compañero de vida, Orión.

Preguntamos a los vecinos si sabían de alguna gatita que estuviera por parir, ya que nuestro interés estaba muy lejos de desear un gato de raza.

La búsqueda fue infructuosa y al llegar mi hija a casa de vacaciones nos pusimos en campaña a buscar uno por internet que se encontrara cerca de donde vivimos. Y ahí la vimos: Sylvie, preciosa gatita de dos meses de nacida, blanca como la nieve y con ojitos azules penetrantes. La emoción era inmensa!!! La distancia a recorrer para buscarla no era tanta (80 km de aquí) y era además una gatita de raza British shorthair.

Para ese momento lo único que se me pasó por la mente fue de cómo los dueños podían regalar una gatita cuyo precio en el mercado era de 950 euros…

Contactamos al dueño vía correo electrónico ya que el anuncio no tenía ningún número de teléfono ni dirección. El respondió rápidamente notificando que él se encargaba de enviar la gatita por encomienda especializada, incluso acompañada de un veterinario hasta mi casa.

Segundo pensamiento: Que gente tan linda, como se preocupan de su gatita, lo único que piden a cambio es cuidarla con mucho amor y enviar fotos de vez en cuando.

Sin embargo no envió ni numero de teléfono ni dirección, solo un correo electrónico.

Al día siguiente nos llaman de un número internacional, donde nos comunican que son la empresa encargada de enviar el animalito hasta nuestro domicilio y que sólo debemos cancelar la suma de 97 euros por concepto de cambio de nombre de propietario de la gatita. Pero este pago debía hacerse vía Western Union a nombre de un tal señor:

DA SILVA PIERRE, 12 RUES DE L'INDEPENDENCE, CODE POSTAL: 00229,

PORTO-NOVO. BENIN.

Benin??? Cuándo en mi vida supe yo que existía un país llamado Benin??? Pues bienvenidos a Benin!!! Un lugar del África donde ni Google Map tiene fotos ni planos precisos del lugar.

Mi cabeza comenzó a funcionar, pero del modo equivocado… para explicarme mejor, mi cabeza piensa de dos maneras: una: a la venezolana (piensa mal y acertarás) y la otra a la francesa (la palabra de una persona vale más que un cheque en blanco) y como vivo en Francia, comencé a procesar la información a la francesa a pesar de todos los indicadores que estaban apareciendo.

Salgo en carrera a pagar los 97 euros a la Poste (oficina de correos) ya que en teoría la gatita no podría entrar en suelo francés si no se cambiaban de nombre los papeles, lo hago consciente de que es una situación extraña, mi mente venezolana me dice: y por qué si es una empresa no tiene una cuenta bancaria para transferir el dinero como la gente normal? Y mi pensamiento francés me decía que la pobre gatita seguro se iba a morir de hambre mientras no llegara a casa sana y salva.

Confirmo el envío del dinero y me dicen que todo está bien, que en 24 horas recibiré mi animalito. A todas estas, en cada conversación telefónica, escucho un ruido infernal de calle, y me hace recordar esos teléfonos ubicados en mesitas a lo largo de las aceras caraqueñas ofreciendo sus servicios al extranjero por módicos precios… Pero estoy en Francia, y regreso a la angustia de mi gatita hambrienta.

Pasan dos días y llega la fecha pautada para la llegada de Sylvie, quien después se llamaría Pandora (como la famosa caja de la mitología donde se guardaban todos los males del mundo).

En la mañana voy al supermercado, compro comida para gatos cachorros y una leche especial también, pero decido comprar en muy pequeñas cantidades, escuchando una vocecita que viene de muy adentro de mí que me dice que algo no está bien (o que nada esta bien!!!)

A mediodía recibo una llamada del mismo personaje, diciendo que hubo un pequeño inconveniente con la aduana francesa y que hay que pagar 150 euros más. Esa llamada, mi subconsciente la esperaba (o mejor dicho, mi pensamiento como venezolana) a lo que respondí como tal: -Señor, ya yo suponía que esto iba a ser así, por lo que no voy a pagar ni un euro más hasta tanto no tener la gatita en mis manos. El hombre se pone histérico! Y me amenaza con que va a dejar morir la gatita si yo no cumplo con el pago (ya vuelvo a mi repertorio mental y recuerdo la película “secuestro express”) le argumento de manera muy decente (a la francesa) que debe ponerse en mi situación, que yo no tengo garantía alguna de recibir el animal, que ya yo he pagado una alta cantidad por un gato que desde un principio era “regalado”…

Llamo al dueño de la supuesta gata a lo que él me responde que no tiene los medios para solventar esa cantidad por el momento y que además tiene un gran problema familiar puesto que una de sus hijas está hospitalizada al borde de la muerte (vuelvo a mi repertorio mental y recuerdo como en Venezuela los empleados matan a la abuela como 5 veces al año para justificar sus ausencias al trabajo) pero mi sentimentalismo no me permite ser intransigente con esa excusa, el se compromete a devolverme los 150 euros a final de mes si yo rescato al pobre animalito de morir en un aeropuerto.

Llamadas van y llamadas vienen…

Voy a la Poste, comento mi caso y veo caras de compasión hacia esta pobre extranjera que ha caído en las garras de la estafa por “falta de experiencia”… Me cuentan que ya la semana pasada un señor había ido a depositar 4000 euros para comprar un vehículo en África y que nunca más lo vio en su vida (ni el vehículo ni el dinero) y escucho la frase “esos africanos hacen lo que sea para matar el hambre”… mi mente vuela rápido a las calles de Caracas, a situaciones ya vividas, a la impotencia y la frustración…

Aun así yo sigo creyendo en la existencia de esa hermosa gatita blanca de ojos tiernos y azules.

Como el internet da para todo, me dedico a buscar la información que antes debí hacer y descubro que no coinciden direcciones, ni teléfonos, ni nombres. La agencia en Francia no existe, pero aun así recibo llamadas de la empresa de transporte pidiendo el pago y amenazándome con que me van a demandar por los costos de mantención de dicho animal. Recibo correos del propietario contándome la historia de su hija moribunda y que él se compromete a pagar esos 150 euros y todos los gastos que ocasione toda esta historia gatuna y que en dos semanas más, cuando el pueda pagarlos yo recibiré a la gatita.

Dentro de mí, yo decido renunciar a Sylvie. Mi guerra interna de pensamientos franceses y venezolanos ha colapsado. Descubro que la lección me ha costado bien cara: 97 euros más la humillación de haber sido estafada por creer aun en la honestidad del ser humano (esto último es lo que duele más)

La historia aún no termina… porque a pesar de haber renunciado y a tener todas las evidencias posibles de que todo ha sido una estafa desde el principio, aun creo que Sylvie, o Pandora, existe y está ansiosa de llegar a su casa en Francia, con una familia que la quiera y la cuide, una familia que se resiste a perder la fe en que podemos vivir sin miedo a ser engañados.

Esta historia continuará dentro de dos semanas… o si prefieren, pónganle ustedes el final.

miércoles, enero 21, 2009


Sembrando el futuro

Hace miles de años leí un libro de Morris West llamado « El navegante » del cual extraje una frase que me dejó marcada : « Podemos evadirnos de un mundo que llevamos por dentro ? » pues yo creo que eso es imposible. Cuando comenzé a escribir en mi blog, lo hice tambien como una manera de expresar todos aquellos pensamientos (buenos y no tan buenos) que muchas veces me daban vuelta en la cabeza y que en múltiples ocasiones no me dejaban dormir… pues así me sucedió anoche, no podía dormir pensando en los estudiantes venezolanos y el reto que tienen por delante : crear un país nuevo.
Jamás he metido la Política en mi blog, de hecho nunca me ha gustado la política y no soy muy buena escribiendo al respecto, lo que no significa que mantenga una posición indiferente sobre ella, pero siempre quise hacer un blog « light », que lo pudiera leer todo el mundo con la tendencia política que tuviera y no se sintiera aludido, entre ellos algunos de mis amigos, a los que quiero con el alma pero que no comparten conmigo la misma ideología.
Sin embargo creo que este post no se refiere a política ciertamente, sino a un sentimiento que siempre le expresé a todos los alumnos que pasaron por mis manos. Aún recuerdo que cada año escolar y sin imaginar la trascendencia de mis palabras, le recordaba a cada muchacho la verdadera posibilidad de que en un futuro ellos serían los encargados de dirigir nuestro país y por tal motivo, debían encontrar el sentido práctico a lo que estaban aprendiendo, ponerle corazón a sus estudios y dar lo mejor de sí mismos como personas, como ciudadanos, creo que no estaba tan equivocada, sonaba a utopía en aquel momento…
Hoy veo con orgullo que muchos de ellos, de los que fueron « mis niños » son jóvenes con consciencia moral, de valores inquebrantables y visión de un futuro mejor para Venezuela, así como todos aquellos estudiantes del mundo que en la historia han marcado hitos con sus movimientos y manifestaciones, tal es el caso del « Mayo francés » en 1968, o la primera gran concentración de estudiantes en la Universidad de Berkeley (California) donde se quemaron cientos de actas de reclutamiento para manifestar en contra de la Guerra de Vietnam en 1965, también el « 68 mexicano » y asi podría citar unos cuantos más, lo que demuestra ampliamente el poder que pueden tener los estudiantes unidos e involucrados con su país.
Creo que con este post, aprovecho de sacarme la espinita que me dejó un antiguo compañero de colegio, de una ocasión en la cual yo expresé mi descontento con los frecuentes apagones y suspensión del internet en Venezuela (pan de cada día…) y el me escribió que era muy fácil criticar desde el extranjero… Mi consciencia esta tranquila : ya yo sembré mi semilla, mi trabajo lo hice donde debía comenzarse y donde se debe seguir trabajando : en las aulas de clases, levantando estudiantes con valores de solidaridad, unión, equidad, libertad ; formando líderes y personas con pensamiento crítico y con visión de gerencia, para que algún día, definitivamente podamos tener la Venezuela soñada.
Mis « niños » ya no tan niños : estoy orgullosa de ustedes… Ahora es su turno de escribir el futuro… no renuncien a sus sueños !!!

sábado, diciembre 22, 2007

(Mis duendes irlandeses)
UNA NAVIDAD FELIZ...
Hace una semana cumplí un año de mi diagnóstico, parece que fue hace mucho más… Y ahora que faltan un par de días para la navidad, he estado buscando algún mensaje bonito, de esos que te llegan por Internet para reenviarlo a todos mis amigos y familiares, pero todos me parecen vacíos, cursis o sin la emoción que merecen en esta ocasión. Esta va a ser una navidad muy diferente a las otras, en muchos aspectos, pero sobre todo, porque va a ser una navidad cargada de optimismo y felicidad por el simple hecho de estar viva y que Dios me ha permitido una segunda oportunidad. La oportunidad de seguir compartiendo mucho tiempo al lado de quienes quiero, de poder dar gracias cada día que pasa a pesar de todas las adversidades de la vida…
Gracias a Dios en primer lugar por esa oportunidad, de abrirme los ojos y encaminarme a una misión en la vida con más compromiso que antes, gracias a mi familia, mi hija, mi mamá, mi esposo, mis hermanos y de aquellos que están lejos pero a la vez tan cerca… dar gracias a mis amigos, conocidos y allegados que de alguna manera se involucraron a lo largo de este duro año que vivimos y del cual salimos airosos, fortalecidos mas bien… sin todos los antes mencionados… esta dura batalla hubiese sido imposible de ganar.
No pido ningún regalo de navidad, sino salud, mucha salud, y que Dios bendiga a cada uno de ustedes en este nuevo año que se avecina y se cumplan todos sus deseos… de todo corazón… se les quiere!!!

viernes, marzo 23, 2007


NUESTROS HIJOS TIENEN DERECHOS…
PERO TAMBIEN DEBERES


Como educadora y como madre me he tomado el trabajo de leer la LOPNA (Ley orgánica de Protección al Niño y al Adolescente) ya que me tiene sumamente decepcionada ver cómo se utiliza este instrumento legal como la panacea de los padres irresponsables que pretenden justificar sus errores y su falta de autoridad con sus hijos adolescentes.

Nunca me he considerado una madre autoritaria, más bien siempre he tratado de mantener una comunicación abierta con mi hija y mis alumnos de manera tal de lograr exponerles los pro y contras de sus actos y las respectivas consecuencias, de esa manera nunca hay que llegar a la necesidad de impartir disciplina a gritos y mucho menos a golpes.

Como padres y representantes es nuestra obligación leer dicha ley y entenderla como un instrumento que garantiza los derechos de nuestros hijos, pero también hay que leerse los deberes de los mismos ya que como futuros ciudadanos hay que recordarles desde ahora su compromiso consigo mismos y con la sociedad a la cual pertenecen.

Es muy triste ver como algunos adolescentes también han mal interpretado esta ley, apoyándose en ella para ir por la vida de manera irreverente, y ni siquiera hablo de los adolescentes en situación de riesgo, hablo de muchachos como mi hija o como muchos otros que estudian en colegios privados, donde existen reglamentos internos escolares bien explícitos y sin embargo los violan apoyados por sus padres.

Entonces, dónde está la autoridad de esos padres? Acaso ellos están cumpliendo con la LOPNA poniendo a sus hijos en el camino correcto del cumplimiento de sus deberes? Acaso esos padres muestran a sus hijos adolescentes la importancia del cumplimiento de las leyes como individuo que forma parte de una sociedad? Y el rol orientador dónde queda?

Déjenme decirles a esos padres, que es lamentable ver como desvían la intención de la LOPNA como una manera de justificar su falta de carácter y comunicación con sus hijos permitiéndoles tomar decisiones que aun no les corresponde a su edad llamándolo “respeto a su individualidad” e incluso, es lamentable ver cómo desde pequeños les enseñan a desafiar a la autoridad para que el día de mañana continúen haciendo lo mismo, pero esta vez como adultos… O delincuentes?

Es fundamental entender la LOPNA como un instrumento que garantice los derechos de nuestros hijos, pero antes que nada, debemos entender y hacerles llegar el mensaje a estos muchachos que también existen DEBERES que contempla la mismísima LOPNA, así como la Ley Orgánica de Educación y nuestra Constitución Bolivariana de Venezuela.

Es nuestra obligación como padres encauzar el desarrollo de nuestros hijos a formar ciudadanos que respeten los valores morales y sociales, e incluso, es nuestra obligación apoyar a las autoridades escolares como ente que colabora día a día en la educación de nuestros hijos apoyándonos en su formación integral. Es verdad que como padres y representantes debemos ser vigilantes del proceso educativo, pero de manera tal que fluya en función y beneficio de los niños y adolescentes.

No le encuentro sentido ver como existen padres y representantes que se enfrascan en una pugna constante con las autoridades escolares utilizando a sus hijos como instrumento de desafío a las mismas, apoyando a estos muchachos a romper todas las reglas establecidas en las instituciones educativas de nuestro país, llegando al extremo de permitir a sus hijos mutilarse con los famosos “piercings”, tatuarse, vestirse de manera inadecuada convirtiéndose finalmente en una caricatura ambulante que lo que inspira es lástima llevándonos a una pregunta obligada: y dónde están los padres de esa criatura? Qué valores se están impartiendo en esa casa? Donde queda el compromiso de esos padres con las instituciones educativas? Como podemos pedirles a los colegios que nos apoyen en tan ardua labor como es la de formar niños y adolescentes útiles a la patria si somos los primeros en romper las reglas e instan a esos muchachos a que sigan el mismo camino?

Pienso finalmente que somos muchos más los padres preocupados de formar hijos íntegros y capaces de tomar decisiones como ciudadanos respetuosos de las leyes, de la moral y las buenas costumbres que aquellos que delegan la responsabilidad de educar a sus hijos a la tan conocida “presión social” como un justificativo de la escasa capacidad de ejercer su rol paternal orientador… No hay que olvidar que una cosa es ser flexible y otra bien diferente ser permisivos.

Mi conciencia está muy tranquila, y mis ideas claras con respecto a la LOPNA, por lo que invito a quienes se hacen llamar “Padres de familia” a leerla e interpretarla en beneficio de nuestros hijos y no como una manera de trasladar nuestras frustraciones de juventud a nuestros muchachos, permítanles ser libres y a expresarse, pero enseñándoles el camino de la rectitud, el respeto y la conciencia de que pertenecemos a una sociedad donde los que van en contra de lo establecido social y moralmente, generalmente terminan saliéndose de la delgada línea que separa a la sociedad y a los antisociales.

Nunca se ha dicho que nuestra labor de padres ha sido fácil, más aún con los tiempos que corren donde el bombardeo de información nos obliga a estar alertas del camino por donde van nuestros hijos y nos empuja a ser más rápidos que el internet, la televisión y todos los medios de comunicación, es nuestro reto, entonces hagámoslo correctamente y sin miedo a ejercer nuestra responsabilidad… nuestros hijos nos lo agradecerán algún día…

(15/01/2007 en la Clínica)
CON TODOS LOS HIERROS!!!

Después de unos cuantos meses de ausencia, o como el título de mi último post, mi silencio obligado, me trato de reincorporar a la vida cotidiana poco a poco, no sin antes agradecer a muchas personas, muchísimas el inmenso apoyo que me han dado ante mi situación de salud.
Ha sido un camino duro, cada vez que sentía que lo estaba logrando aparecía una cosa nueva, un nuevo síntoma o efecto secundario de la Quimioterapia, la Radioterapia o la Braquiterapia… finalmente siento que lo estoy logrando, aunque persiste un cansancio físico y mental que espero superar pronto para hacer una vida normal…
Quiero enviar mis bendiciones a cada uno de aquellos que estuvo cerca de mí con una llamada telefónica, un mensaje de texto y hermosos mails que me llenaban los días metida en mi casa, ni se imaginan lo reconfortante que es saber la cantidad de amor que tiene tanta gente linda que conozco y que en esta ocasión lo compartieron conmigo para darme fuerzas y ánimo de luchar…
Fue un gran reto conmigo misma y un compromiso con mi familia, con ustedes…
Aun falta camino por recorrer, pero estoy segura de que ya lo logré… gracias por haber estado ahí, los quiero mucho!!!

lunes, diciembre 18, 2006

(Carcassone, Francia 2006)

Silencio obligado…


Existen a veces motivos por los cuales nos vemos obligados a retirarnos del escenario de la vida cotidiana. Este es mi caso… hace ya algunos meses que mi cuerpo no respondía como siempre, manifestaba fatiga, dolores y cambios… ya él estaba ahí… silencioso como suele llegar.
Jamás imaginamos, a pesar de haberlo tenido tan cerca, ya sea con familiares, amigos, compañeros de trabajo, que en algún momento nos tocaría enfrentarlo cara a cara y con todas sus consecuencias.
Pues si, esta vez me tocó a mi, y ya es el momento de actuar, sin pensar en “lo que pudo haber sido si”… solo existe el ahora y el mañana, ese mañana que me niego a que se convierta en algo incierto o lejano e inalcanzable.
Para mi las cosas no han cambiado, simplemente cambié la rutina cotidiana del trabajo, de las clases de francés, de los sábados de compras, por las visitas diarias a mi radioterapia y semanales a la quimioterapia…
Mi ánimo esta mejor que nunca, es más, no permito que nadie se me acerque con lástima o compasión, esa es gente que me resta la energía que necesito para luchar de hoy en adelante.
Es inmensa la lista de amigos que me están apoyando en mi nuevo reto, es inmensa la energía positiva que esta a mi alrededor y déjenme decirle a quienes me apoyan: no los defraudaré!!!
Porque aun me quedan muchísimas cosas por hacer en esta vida, ver crecer a mi hija, convertida en toda una profesional, verla felizmente casada, con sus hijos y una vida maravillosa que fue escrita desde el momento que nació, destinada a ser feliz y triunfadora. Me quedan muchos años por compartir con mi esposo Francis, el cual se ha convertido en mi sombra protectora, donde me siento segura y confiada de que todo va a estar bien. Me falta ver a mi mamita hacerse viejita, como esas abuelitas dulces y cariñosas que siempre te llenan de sorpresas, aunque tenga que pasar por el dolor de verla partir antes que yo. Me falta poder compartir más con mis hermanos, los cuales adoro y quiero hasta el infinito, y han estado al pie del cañón a pesar de encontrarse tan lejos. Me falta retribuirles a mis amigos todo ese amor que me han brindado desde que supimos la fatídica noticia. Me falta un sinnúmero de cosas por hacer en esta maravillosa vida y eso me da más empuje para lograr vencer a este intruso que nadie invitó a participar de mi vida, pero que ya esta aquí y me toca luchar con él, hasta ganarle.
Quizá escribiendo logre de algún modo terminar de enfrentar ese miedo que sentí de que la gente se enterara, ya que sentí una mezcla de vergüenza y miedo escénico a la vez (cosa que nunca tuve) también me sentí culpable, si, culpable de que esto me esté pasando, pero gracias a Dios fue una idea fugaz que pasó por mi mente y que ya no tiene más cabida en mis pensamientos. En este momento solo importa de aquí en adelante, no puedo darme el lujo de distraerme en cosas inútiles que sólo me llevarían a deprimirme o renunciar a la lucha que esta comenzando entre él y yo. La fe y el optimismo son mi consigna como ha sido siempre.
Ya he sabido por distintas maneras de que no va a ser fácil, pero ¿quien dijo miedo?, sé que he pasado por miles de cosas bien fuertes en mi vida, y esto será sólo una experiencia más de la cual estamos sacando aprendizajes inimaginables y de la cual saldremos fortalecidos todos los involucrados, familia, amigos, compañeros de trabajo, conocidos...
Ahora comienza una nueva etapa en mi vida, un nuevo reto, una nueva meta la cual estoy segura que voy a lograr… y es ganarle a Cáncer… discúlpenme entonces este silencio obligado, ahora estoy lista para romperlo con ustedes quienes me han apoyado y han estado conmigo cada día y de ahora en adelante, como dije antes, nunca los defraudaré…